Caridad del Cobre

Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, o la Virgen de la Caridad del Cobre, Caridad del Cobre o simplemente Cachita, es una de las advocaciones de la Virgen María. Es la Patrona de Cuba, este solemne nombramiento fue proclamado por el papa Benedicto XV en el año 1916. La imagen fue coronada canónicamente por el papa Pío XI el 30 de diciembre de 1936. Posteriormente, en un viaje realizado por Juan Pablo II a Cuba en 1998, coronó con gran dignidad a la Virgen como Patrona de Cuba.

La imagen mariana se venera en la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba.

Benedicto XVI le otorga el 26 de marzo de 2012 la Rosa de Oro de la Cristiandad,1​con motivo del cuadringentésimo aniversario de la aparición de la imagen.

El papa Francisco en su vista a Cuba en septiembre de 2015, y con motivo la conmemoración de los cien años de la consagración de Cuba a la Virgen de la Caridad del Cobre o “Cachita”, como la conocen los cubanos, por parte del Papa Benedicto XV, decretó el Año Santo Excepcional de la Misericordia.

Según recuentos de la época, su imagen apareció en 1612 o principios de 1613 de abril, en la Bahía de Nipe, la mayor de Cuba, situada en la costa norte de la región oriental de la isla.

Fue avistada por tres esclavos: un muchacho negro de 10 años (Juan Moreno) y dos hermanos de pura sangre india (Juan y Rodrigo de Hoyos), que trabajaban como esclavos en las minas de cobre de la región. El trío ha quedado bautizado en la imaginería cubana como “los tres Juanes”.

En un relato que se conserva en el Archivo de Indias de Sevilla, hecho bajo juramento eclesiástico “setenta y cinco años después del suceso”, el esclavo negro Juan Moreno contó cómo ocurrieron los hechos.

Los jóvenes, que habían ido en busca de sal, divisaron la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en brazos –la misma que hoy es objeto de veneración por los cubanos– que se acercaba flotando en una tabla, donde podía leerse la frase “Yo soy la Virgen de la Caridad”.

El santuario inicial se construyó de manera improvisada, empleando hojas de guano y tablas. Tras múltiples sucesos misteriosos ocurridos en torno a la imagen, ésta fue llevada al que sería su santuario definitivo, a poca distancia de allí, en la cima de una loma cercana a las minas de cobre.